El aumento de la expectativa de vida y el consecuente incremento en la prevalencia de enfermedades crónicas terminales oncológicas y no oncológicas, a consecuencia de los cambios demográficos y epidemiológicos acaecidos en las últimas décadas, se ha asociado a un aumento en la demanda de cuidados paliativos. Ante ello, organizaciones internacionales como la Asociación Europea de Cuidados Paliativos (EAPC) y la Organización Mundial de la Salud (WHO/OMS) han resaltado la existencia de una cobertura deficiente, al mismo tiempo que han recalcado la importancia de desarrollar e integrar esta disciplina en los sistemas de salud.
Existe un contexto nacional e internacional acerca de que todo sistema sanitario público que pretenda garantizar un correcto afrontamiento de la enfermedad aguda y crónica y atender a la prevención y promoción de la salud de todos sus ciudadanos, debe asimismo garantizar que, cuando la curación no es posible y se acerca el final de la vida, se van a proporcionar unos cuidados paliativos de calidad, priorizando el confort y el bienestar y respetando los deseos del enfermo y sus cuidadores.
La OMS ha venido señalando, desde hace varias décadas, que el acceso a los cuidados paliativos y a una adecuada atención en el final de la vida mejora la calidad de vida de los pacientes y sus allegados, ya que permiten afrontar los problemas de orden físico, psicosocial y espiritual inherentes a una enfermedad potencialmente mortal.
Por las características diferenciales de la Atención Primaria (accesibilidad, continuidad en el tiempo, interdisciplinariedad, etc.), el médico de familia es responsable de atender a las personas a lo largo de todo su ciclo vital y en su contexto familiar y social, como un todo indivisible. En consecuencia, la atención a personas en fase final de vida y a su familia forma parte de manera incuestionable de su labor cotidiana.
En principio, los médicos de familia poseen competencias adecuadas, adquiridas en su formación, para proporcionar y asegurar una atención médica continua e integral a cada miembro de la familia. Ahora bien, el desarrollo de los cuidados paliativos como disciplina ha supuesto nuevas necesidades formativas en los profesionales sanitarios, particularmente en relación con el manejo impecable de los síntomas, complejos y cambiantes, así como en la atención a las necesidades psicosociales y espirituales, que garanticen que, cuando la curación no es posible y se acerca el final de la vida, cuando mayor es su vulnerabilidad y fragilidad, se van a proporcionar unos cuidados de la máxima calidad.
Este itinerario formativo ofrece una revisión actualizada de las herramientas específicas para el abordaje de las necesidades paliativas desde la perspectiva de la actividad asistencial en el entorno comunitario.
Fecha de inicio: Fecha de finalización:
1ª edición: 15/02/2024 - 1ª edición: 15/05/2024
2ª edición: 25/05/2024 - 2ª edición: 31/08/2024
3ª edición: 10/09/2024 - 3ª edición: 10/12/2024
4ª edición: 20/12/2024 - 4ª edición: 15/02/2025
Validado por la CNC de la SEMERGEN con el nº 2023-00178
Solicitada acreditación a la Comisión de Formación Continuada de las Profesiones Sanitarias de la Comunidad de Madrid-SNS