Cambiando Paradigmas: Tratamiento precoz con rosuvastatina y ezetimiba en personas con riesgo vascular alto y muy alto
Fecha Publicación: 13/11/2025
Durante los últimos 40 años, una contundente evidencia científica que respalda objetivos progresivamente más bajos de colesterol LDL (c-LDL) ha demostrado que el tratamiento hipolipemiante cura la arteriosclerosis y disminuye la morbimortalidad cardiovascular. La reducción de los niveles de lipoproteínas aterogénicas es la piedra angular para la prevención primaria y secundaria de la cardiopatía isquémica, el ictus y la enfermedad arterial periférica y aórtica.
Los tratamientos farmacológicos hipolipemiantes han demostrado disminuir la morbimortalidad cardiovascular al reducir las concentraciones de c-LDL. La intensidad del tratamiento hipolipemiante recomendado para la reducción del c-LDL se basa en el riesgo cardiovascular (RCV) basal de los individuos, y para conseguir los objetivos de control del c-LDL es preciso unas reducciones superiores al 50 % en los pacientes con RCV alto, muy alto o extremo.
Las estatinas en monoterapia no son suficientes para alcanzar estas metas recomendadas por las guías clínicas y la adherencia terapéutica a largo plazo sigue siendo subóptima, probablemente debido a la intolerancia percibida cuando se utilizan dosis altas.
En el presente número de Review SEMERGEN Cardiovascular, el Dr. Enrique Méndez y la Dra. Joima Panisello insisten en la necesidad de alcanzar los objetivos terapéuticos en los pacientes con RCV alto o muy alto mediante el tratamiento hipolipemiante combinado y muestran las ventajas de la terapia de rosuvastatina con ezetimiba, una terapia hipolipemiante de alta intensidad que siempre supera el límite del 50 %, minimizando los efectos adversos frente a las estatinas en monoterapia. También destacan la necesidad de alcanzar los objetivos de control del c-LDL ?cuanto antes mejor?, y para ello es muy importante entender el concepto del ?tiempo en objetivo? (TIO). Este indicador es un parámetro clínico de gran relevancia que representa el porcentaje de tiempo durante el cual el paciente mantiene concentraciones de c-LDL por debajo del umbral objetivo de forma estable desde fases tempranas de la enfermedad aterosclerótica.
