29 de octubre de 2021
Hoy 29 de octubre se celebra el Día Mundial del Ictus, una fecha apropiada para llamar la atención sobre este importante problema de salud.
El ictus es una importante causa de mortalidad, la primera en las mujeres, habiéndose incrementado en los últimos años, pero, sobre todo, es la principal causa de incapacidad adquirida en adultos pues más de la mitad de las personas que padecen un ictus van a tener secuelas incapacitantes y un tercio serán dependientes.
El ictus o accidente cerebrovascular (ACV) consiste en la pérdida de las funciones del cerebro cuando se interrumpe el aporte de sangre al mismo, lo que supone falta de nutrientes y de oxigenación, con el consiguiente daño neuronal. Por ello los síntomas del ictus van a depender del área cerebral afectada. Siempre se presentan de forma brusca y pueden ser múltiples: motores, sensitivos, cognitivos. También los ictus pueden varias en intensidad, desde un ataque isquémico transitorio (AIT o TIA por sus siglas en inglés), sin secuelas de ningún tipo, hasta infartos cerebrales masivos.
Las causas de una brusca interrupción del flujo sanguíneo cerebral tienen que ver con hemorragias, y, en mucho mayor número, con alteraciones tromboembólicas por arterioesclerosis o secundarias a una fibrilación auricular no anticoagulada.
Los médicos de familia tenemos una relación intensa y cercana con el ictus y con los pacientes que padecen un ictus, y que podría resumirse de forma simple en estos tres puntos:
Recordar que los síntomas de sospecha de que se puede estar produciendo un episodio de ictus y que toda la población debe conocer son:
Ante estas manifestaciones es prioritario solicitar ayuda al 112 y poner en marcha los dispositivos de atención urgente.
Dr. Enrique Arrieta Antón, miembro de los Grupos Trabajo de Neurología, Comunicación y Dolor y Cuidados Paliativos de SEMERGEN.