10 de junio de 2021
Comentado por Paula Molina y Noelia Fontanillas.
Próximamente (artículo en prensa) en Gastroenterología y Hepatología, se va a publicar una revisión sistemática del diagnóstico y tratamiento de la enfermedad diverticular, realizada por Gastroenterólogos y Cirujanos Generales.
La enfermedad diverticular colónica es una entidad cada vez más prevalente en nuestro medio. Se estima que el 50% de la población mayor de 50 años posee diverticulosis colónica y, hasta un 25% de ellos, desarrollarán sintomatología y complicaciones como dolor abdominal crónico, alternancia diarrea-estreñimiento, distensión abdominal, tenesmo o episodios recurrentes de diverticulitis aguda. Sin embargo, no existe un consenso internacional acerca de su abordaje diagnóstico ni terapéutico. Por ello, los autores del presente artículo han realizado una exhaustiva revisión de la evidencia científica disponible, de acuerdo con el protocolo Prisma y utilizando las bases de datos Medline y Cochrane. De este modo, han confeccionado un práctico algoritmo diagnóstico-terapéutico que facilita su manejo.
En primer lugar, debemos confirmar el diagnóstico. Para ello, la prueba de elección es la colonoscopia, salvo que haya un episodio reciente de diverticulitis aguda, en el caso de ancianos, frágiles, o con contraindicaciones para la colonoscopia o sedación, en que la prueba de elección es la tomografía computarizada.
Existen marcadores bioquímicos que se elevan con inflamación intestinal como la PCR y calprotectina fecal, esta última se eleva significativamente en la enfermedad inflamatoria intestinal pero también en la enfermedad diverticular, por lo que se planteará un diagnóstico diferencial.
En cuanto al tratamiento, comenzaremos con una dieta rica en fibra (al menos 30 gramos al día) y reevaluaremos al paciente al mes. Si la sintomatología persiste, añadiremos rifaximina durante 12 meses (800mg al día durante 7 días al mes), con una revaloración clínica cada 6 meses.
Llegados a este eslabón terapéutico, si nuestro paciente continúa con dolor abdominal recurrente añadiremos suplementos nutracéuticos (basados en la combinación de ingredientes naturales con propiedades antiinflamatorias como inulina, arándano, vitamina B1, B2, B6, B12, zinc o ácido fólico). Su posología se basa en la administración de 2 cápsulas diarias durante 10 días/mes, un total de 12 meses. En cambio, si la sintomatología predominante es la alternancia diarrea-estreñimiento, añadiremos la toma de probióticos (Lactobacillus Casei) junto con mesalazina (800mg/día) durante un total 24 meses.
Si la sintomatología no cesa, a pesar del tratamiento anteriormente expuesto, debemos realizar una valoración multidisciplinar de nuestro paciente. En la que participarán tanto los médicos de familia, gastroenterólogos como cirujanos generales. La cirugía electiva (sigmoidectomía) será relegada como última opción terapéutica y, en casos seleccionados, en los que los síntomas y la mala calidad de vida impidan otros abordajes.
En conclusión, la diverticulosis colónica no complicada puede generar una sintomatología muy disruptiva. Como médicos de Atención Primaria, debemos conocer los últimos avances en su manejo diagnóstico y terapéutico. Para así, en la medida de lo posible, mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes.