Hacerme socio

Enfermedad inflamatoria intestinal: el rol de microbioma comensal en la regulación inmune - Comentado por Dra. Inés Rivera

2 de febrero de 2023

Gastroprimaria
Imágen principal de la noticia

REFERENCIA ARTÍCULO:

Wah-Suárez MI, Martínez Vázquez MA, Bosques-Padilla FJ. Inflammatory bowel disease: The role of commensal microbiome in immune regulation. Gastroenterología y Hepatología 45 (2022) 626-636

RESUMEN:

La prevalencia de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) se encuentra en aumento en muchos países. Se trata de una enfermedad multifactorial y

existen suficientes evidencias para suponer que hay una sinergia entre los factores ambientales, genéticos y la diferente composición en el microbioma intestinal que podría predisponer al desarrollo de EII.

Este artículo es una revisión sistemática para valorar la asociación entre el microbioma y la EII, así como plantearse posibles terapias además de las convencionales que puedan modificar la microbiota.

 

 

IDEAS CLAVE PARA LA CONSULTA DE ATENCIÓN PRIMARIA:

Existen varias hipótesis sobre la homeostasis entre la microbiota, el epitelio intestinal y el sistema inmunitario de pacientes con EII. Los estudios respaldan que las diferentes variantes de la EII probablemente están mediadas por un cambio en la microbiota intestinal además de un componente genético.

 

Se ha visto que la composición de la microbiota está alterada en los pacientes con EII (llamado disbiosis), un ejemplo de ello es que en pacientes con Enfermedad de Crohn existe una disminución en las heces del Phylum firmicutes y un aumento del Phylum Proteobacteria en las heces de pacientes con EII en comparación con los sanos.

 

Además, el papel de la dieta en la EII y en la alteración de la microbiota se demuestra mediante una asociación en pacientes con baja ingesta de fibra y riesgo de Enfermedad de Crohn causada por cambios en la microbiota intestinal en individuos susceptibles genéticamente.

 

Por todo ello, además de la terapia convencional, ha aumentado el interés por el estudio de otras terapias para tratar la inflamación crónica que presentan estos pacientes a través de modificaciones en el entorno del microbioma buscando mejorar esa disbiosis por medio de probióticos, prebióticos y simbióticos.

 

De esta forma, se ha visto en los estudios evidencia con el probiótico VSL#3 mostrando una mayor tasa de remisión en Colitis Ulcerosa (CU) de leve a moderadamente activa en comparación con los controles sanos, y una tasa de reducción de recaídas en pacientes con reservoritis.

 

En cambio, los estudios de Cochrane hasta la fecha no ven evidencia en el uso de probióticos en la enfermedad de Crohn, pero anotan que estos estudios deberían ser actualizados.

 

En cuanto a los prebióticos el ensayo clínico con más pacientes demostró una falta de beneficio clínico en el uso de prebióticos en la enfermedad de Crohn activa; sin embargo, esto justifica una mayor investigación.

 

La terapia con probióticos se puede mejorar agregando un prebiótico; permitiendo un mejor sustrato para el crecimiento bacteriano. esta combinación es lo que llamamos simbiótico. Un estudio piloto mostró que combinando un probiótico como Bifidobacterium longum y un un prebiótico como la inulina mejora la colitis ulcerosa y disminuyen las citocinas inflamatorias. Otro estudio mostró mejoría histológica y de los niveles de TNF en biopsias a los 3 meses de recibir preparaciones compuestas por seis cepas probióticas y un prebiótico de fructooligosacáridos.

 

En cuanto al uso de antibióticos en la EII, con respecto a la CU activa, los datos de los metanálisis sugieren que el uso de antibióticos mantiene la remisión en un 64% en comparación con placebo. En cambio la heterogeneidad de los estudios mostraron que los antibióticos intravenosos a largo plazo no son útiles en la actividad de CU. En la EC, los antibióticos se usan para tratar la enfermedad activa primaria y las complicaciones como abscesos, infecciones postoperatorias y enfermedad fistulizante. El estudio de los metanálisis publicados y los datos Cochrane sugieren que los antibióticos tienen un beneficio modesto contra la EC activa y pueden no ser clínicamente significativos a corto plazo o como mantenimiento de remisión. Además, el beneficio de usar antibióticos con inmunomoduladores o la terapia anti-TNF en EC tiene poco beneficio en pacientes en alto riesgo de recurrencia, con evidencia de apoyo débil y la necesidad de una mayor evaluación.

 

CONCLUSIÓN:

Las últimas décadas muestran una tendencia al alza de la EII. Varias hipótesis estudian el papel del microbioma en su desarrollo y patogénesis, abriendo así un abanico de opciones terapéuticas nuevas, como el uso de probióticos que aunque precisan de mayor investigación abren un nuevo paradigma para su tratamiento además de las terapias convencionales.